Está claro, ya lo sabemos, que tenemos que reinventar muchas de las cosas
que nos rodean. El sistema en el que nos movíamos no funciona, se ha
resquebrajado y se nos cae encima. No nos queda más remedio que sacudiros los
escombros, poner manos a la obra y empezar la reconstrucción. Será difícil, pero
es una aventura apasionante y, además, es la oportunidad de conseguir un modelo
mejor. En definitiva, una nueva vida.
A mi, que soy una persona optimista por naturaleza, ya sabéis, me gusta
pensar que vamos a aprovechar este derrumbe para mejorar, para reeducarnos
nosotros y educar mejor a nuestros hijos. Ya sabíamos que para ser felices y
tener una vida plena en todos los sentidos no hace falta tener mucho y consumir
desaforadamente, pero parece que se nos había olvidado. En el mundo ecologista
en el que me he movido toda mi juventud (y sigo en ello) se decía constantemente
eso de la sostenibilidad ambiental y social, yo misma lo he escrito en los
proyectos de cooperación al desarrollo en multitud d ocasiones. Esa verdad,
ahora mismo, no es sólo un convencimiento, es una necesidad. La realidad nos
obliga.
En La Sal de la Vida, las tardes de diario tenemos muchas actividades, que
ya conocéis, pero las mañanas están dedicadas a idear, imaginar, intercambiar,
dialogar entre gente de distinta formación, diferente experiencia, edad y
expectativas. Venimos a trabajar y funcionamos como un equipo multidisciplinar.
Todo ello para encontrar alternativas de actividad profesional de cada uno, que
respondan a necesidades actuales y funcionen.
En La Sal de la Vida, tenemos una interesante oferta de primavera.
Uso de puesto de oficina, de lunes a viernes, en
horario de 10 a 14 h, por el importe testimonial de 50
€/mes
No tenemos una varita mágica, no sabemos cómo solucionar nuestra
situación, pero lo que sí sabemos es que en solitario siempre es más difícil.
En comunicación, la chispa de la inspiración, la diversidad de opiniones e
ideas, las distintas formaciones y experiencias que dan diferentes puntos de
vista, nos ayudan a reinventarnos.
Para una persona sola, por mucha experiencia que tenga, reconvertirse en
solitario es complicado. Cada uno estamos acostumbrados a un punto de vista, y
cambiar por completo el color del cristal con que miramos la vida y, por lo
tanto, nuestras posibilidades profesionales, igual que las personales, es muy
difícil. Somos animales de costumbres. Por eso, en los últimos tiempos, las
mañanas de La Sal han aumentado su afluencia, cada vez somos más los que estamos
labrando nuestro camino profesional aquí, intercambiando ideas y proyectos, y
formando alianzas que ni sospechábamos.
Así que, los que estáis en casa, reconvirtiendo vuestra actividad
profesional en solitario, ya sabéis, en La Sal de la Vida, tenéis vuestro
espacio: Las Mañanas en La Sal.
Os esperamos
Un beso muy fuerte
Pepa
Pepa Jiménez Armesto
La Sal de la Vida
Centro de Trabajo Compartido
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