Ya se sabe que la vida es un aprendizaje continuo, que eso es lo que la
hace excitante, digna de ser vivida. Pero, aunque es sabido, en muchas ocasiones
sorprende y las lecciones más interesantes aparecen donde y cuando una menos las
espera. Y en eso parece que La Sal de la Vida es un auténtico laboratorio en
permanente reacción química, física y humana.
Hace unos años, cuando mi vida atravesaba una de esas situaciones
personales que una quiere olvidar, pero que, como se decía cuando yo era
pequeña, imprimen carácter, me dio por comprar cosas que ni antes, ni
después, he vuelto a adquirir. Entre ellas, hubo un par de zapatos de fiesta,
negros, de tacón, con un precioso lazo grande de gasa transparente, vaporoso y
sutil. Aquellos zapatos, que aún están en mi armario, me ayudaron a superar
malos momentos, con ellos, me sentía yo como una princesa de cuento, valerosa y
digna de ser querida... Ahora, pasado el tiempo, cuando aquella herida ya está
curada y superada, sin sospecharlo siquiera, aquellos zapatos vuelven a aparecer
con fuerza, y no ellos mismos, sino la caja en la que venían, una caja azul
de zapatos de fiesta.
Los que habéis asistido a alguno de los últimos eventos gratuitos en La Sal
de la Vida, sabéis de qué caja se trata, para los demás, os diré que es donde
los asistentes dejan su aportación voluntaria tras asistir al evento. Las
recaudaciones no son enormes, pero son una consistente aportación, estoy
aprendiendo cada día que tenemos uno de estos eventos, que este tipo de
actividades va mucho más allá que cualquier plan de negocio, que enriquece
mucho, a todos, a los que organizamos, a los que participan y a los que
comparten sus experiencias, imparten conocimientos, o exploran sus
posibilidades. De hecho, os diré que tengo un amplio catálogo de propuestas
gratuitas de gente nada corriente, de eventos, cursos, talleres, que los
propios interesados vienen a La Sal a proponer. Están superando, con mucho,
todas las expectativas. Irán saliendo a la luz, seguro que os van a interesar.
¡¡Quién me iba a decir a mi todo lo que iba a dar de sí aquél par de
zapatos de fiesta!!, costaron caros, pero mereció la pena..., ya lo creo que la
mereció.
Estas son las cosas buenas de la vida, que da muchas vueltas, un viaje en
el que, si estás atenta, te surgen oportunidades, gente, proyectos, ideas...,
por todas partes. Sólo hay que estar así, atenta, y con los brazos abiertos. De
este modo, algo tan sencillo como una caja azul de zapatos de fiesta te muestra
muchas cosas y te ayuda a comprender... Muchas gracias a todos los que
venís, vibráis, participáis, dejáis vuestra opinión, vuestras propuestas y
vuestra aportación en la caja azul. Gracias a toda esta energía en movimiento,
La Sal de la Vida sale adelante y está siendo una intensa aventura que demuestra
a las claras que en la condición humana hay mucho de bueno, estamos muy vivos,
en el mundo hay mucha gente generosa, gente valiosa con la que hay
que aliarse, esta es la alianza que se está formando en torno a La Sal de la
Vida..., no estaba en el Plan de negocio..., que nos perdonen los economistas.
Muchas gracias a tod@s por estar
ahí, nos vemos pronto, en algún evento
Hasta entonces, cuidaremos mucho esa caja azul de zapatos de fiesta, que no se estropee.
Un beso muy fuerte
Pepa
No hay comentarios:
Publicar un comentario