jueves, 20 de febrero de 2014

Esa caja azul de zapatos de fiesta

Ya se sabe que la vida es un aprendizaje continuo, que eso es lo que la hace excitante, digna de ser vivida. Pero, aunque es sabido, en muchas ocasiones sorprende y las lecciones más interesantes aparecen donde y cuando una menos las espera.  Y en eso parece que La Sal de la Vida es un auténtico laboratorio en permanente reacción química, física y humana.
Hace unos años, cuando mi vida atravesaba una de esas situaciones personales que una quiere olvidar, pero que, como se decía cuando yo era pequeña, imprimen carácter, me dio por comprar cosas que ni antes, ni después, he vuelto a adquirir. Entre ellas, hubo un par de zapatos de fiesta, negros, de tacón, con un precioso lazo grande de gasa transparente, vaporoso y sutil. Aquellos zapatos, que aún están en mi armario, me ayudaron a superar malos momentos, con ellos, me sentía yo como una princesa de cuento, valerosa y digna de ser querida...  Ahora, pasado el tiempo, cuando aquella herida ya está curada y superada, sin sospecharlo siquiera, aquellos zapatos vuelven a aparecer con fuerza, y no ellos mismos, sino la caja en la que venían, una caja azul de zapatos de fiesta.
Los que habéis asistido a alguno de los últimos eventos gratuitos en La Sal de la Vida, sabéis de qué caja se trata, para los demás, os diré que es donde los asistentes dejan su aportación voluntaria tras asistir al evento. Las recaudaciones no son enormes, pero son una consistente aportación, estoy aprendiendo cada día que tenemos uno de estos eventos, que este tipo de actividades va mucho más allá que cualquier plan de negocio, que enriquece mucho, a todos, a los que organizamos, a los que participan y a los que comparten sus experiencias, imparten conocimientos, o exploran sus posibilidades. De hecho, os diré que tengo un amplio catálogo de propuestas gratuitas de gente nada corriente, de eventos, cursos, talleres, que los propios interesados vienen a La Sal a proponer. Están superando, con mucho, todas las expectativas. Irán saliendo a la luz, seguro que os van a interesar.
¡¡Quién me iba a decir a mi todo lo que iba a dar de sí aquél par de zapatos de fiesta!!, costaron caros, pero mereció la pena..., ya lo creo que la mereció.
Estas son las cosas buenas de la vida, que da muchas vueltas, un viaje en el que, si estás atenta, te surgen oportunidades, gente, proyectos, ideas..., por todas partes. Sólo hay que estar así, atenta, y con los brazos abiertos. De este modo, algo tan sencillo como una caja azul de zapatos de fiesta te muestra muchas cosas y te ayuda a comprender... Muchas gracias a todos los que venís, vibráis, participáis, dejáis vuestra opinión, vuestras propuestas y vuestra aportación en la caja azul. Gracias a toda esta energía en movimiento, La Sal de la Vida sale adelante y está siendo una intensa aventura que demuestra a las claras que en la condición humana hay mucho de bueno, estamos muy vivos, en el mundo hay mucha gente generosa, gente valiosa con la que hay que aliarse, esta es la alianza que se está  formando en torno a La Sal de la Vida..., no estaba en el Plan de negocio..., que nos perdonen los economistas.
Muchas gracias a tod@s por estar ahí, nos vemos pronto, en algún evento

Hasta entonces, cuidaremos mucho esa caja azul de zapatos de fiesta, que no se estropee.

Un beso muy fuerte
Pepa

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